De drogas, sexo y otros placeres (Primera parte)

Finalmente seleccione mi vestido, mismo que consistía en una elegante blusa blanca de tonalidad perla de manga larga, con pequeños bolsillos en los pechos más ornamentales que prácticos y botones en los puños, vientre y busto para poder ajustarla al cuerpo y acentuar la figura y curvas mientras que la parte inferior es una minifalda negra de satín que cubre unos centímetros por debajo de las nalgas dejando bien visibles las piernas y delineando la cintura y colita la cual apenas alcanza a cubrir dejando muy poco a la imaginación sobre todo con las medias, que además le dan un aire elegante y sensual. El traje era prácticamente un uniforme de secretaria y por ello me encantaba, por un lado era formal y denotaba buen gusto y formalidad y por otro lado era notoriamente atrevido, incitante y escandaloso: la vestimenta perfecta para calentar hombres.
Saque el kit de maquillaje y me aplique rubor para dar luz y afinar mis ya de por si contornos femeninos, delinee mis ojos estilo egipcio con una delgada línea negra, enchine pestañas un poco y aplique lápiz labial carmesí y un poco de lip gloss sabor cereza en la comisura de los labios para terminar. Por ultimo use la secadora de cabello y una crema para peinar de aroma frutal para dar forma y volumen a mis rizos, siendo el último detalle la aplicación de un delicioso perfume de esencia de rosas por todo mi cuerpo, principalmente en mi cuello y nuca, pues amaba sentir manos o labios en esa zona si bien hasta ahora solo habían sido besos y toqueteos por una mujer, me emocionaba el saber que se sentía ser acariciada y lamida por un chico.
Finalmente, estaba lista. Frente a mí en el espejo se encontraba un auténtico y muy sexy ejemplar de hembra humana. El solo verme así, listo para satisfacer a un tipo hambriento y sediento de sexo me había provocado una ligera erección. Era hora de salir, pero antes revise mi teléfono. Sorpresivamente no tenía mensaje alguno, lo que significaba que Pipe ni siquiera se había percatado de que cerca de 50 minutos habían pasado, ¿se habría quedado dormido a pesar de la metanfetamina? Tal vez había tenido una sobredosis y como cruel broma de la vida me había preparado en vano.